Yyyyy... muchas veces nos esforzamos todo -o casi todo- lo que podemos para conseguir algo, y aún así no llegamos. Jode, mucho. Francamente, yo nunca he ido a Septiembre, pero tiene que ser bestial eso... No sé, tiene que ser como una mezcla de rabia, pereza y aburrimiento.
Pero -y aquí es donde quería yo llegar, y hablo desde mi experiencia- a la gente que queremos, la apoyamos, aunque a veces haya que mentir. Me explico con un ejemplo: conozco a una chica a la que le haría mucha ilusión estudiar ingeniería (no es esa carrera, pero no quiero dar pistas de quién es), pero no puede. No puede porque, independientemente de que pasa de todo, no puede llegar a más, se bloquea. Y precisamente por eso pasa de todo, es un círculo vicioso: "Paso... No puedo... Lo dejo porque no puedo... No puedo porque no lo intento..."
Claro... es mi amiga, no la quiero ver mal y la animo. Y creo que ES AHÍ donde una gran mayoría de gente la cagamos:
"Puedes de sobra. Sólo tienes que proponértelo."
Mentira.
Es decir... sabes que no, que no puede... Pero no porque sea tonto/a, si no porque no, punto. Yo por mucho que me esfuerce, nunca dominaré las matemáticas, ni seré ingeniera aeroespacial, porque conozco mis límites -independientemente de mis gustos, pero eso ya es otra historia.
Creo que en nuestro afán de animar a los demás, de verles bien y que persigan sus metas, nos volvemos unos hipócritas. Mentimos para sacar una sonrisa, aún sabiendo que eso puede que en un futuro sea peor, porque el batacazo será más grande para esa persona que hoy está triste.
¿Eso nos convierte en malas personas o, como mínimo, malos amigos? ¿Deberíamos aconsejar un camino alternativo, sabiendo que eso puede sentar mal a esa persona, o pensar que le tomamos como un/a imbécil? ¿Nos autodisculpamos diciendo que hay que dar ánimos?
Somos unos hipócritas consentidos por nosotros mismos. Y eso nos gusta, no mintamos... Cuando estamos tristes SIEMPRE nos gusta que nos apoyen, siempre. Nos intercambiamos ilusiones para ser feliz a corto y medio plazo, pero cuando a largo plazo, llega el golpe, ¿a quién culpamos: a nosotros, o a los demás?
Es un tema interesante. Personalmente prefiero la verdad aunque duela. También creo que es normal tener al menos una pincelada de hipocresía en nuestra forma de ser, incluso sin que pretendamos tenerla. Hay cosas, como lo de dar ánimos, que salen solas. Es normal no querer decirle a alguien "eso no te va, yo de ti me dedicaría a otra cosa", ¿quienes somos como para decidir así sobre la vida de otra persona? Quizás nos equivoquemos...
ResponderEliminarEn fin, bonito blog^^
Un saludo!